Priorato de Kingsbridge
Ora et labora
Historia
Rondaba los 16 años cuando decidí abandonar el que fuera mi monasterio desde el día en que esos pobres monjes me acogieron. Muchos recuerdos tuve que dejar atrás, toda mi vida pasada tuve que borrar, pero mejor empecemos desde principio: al nacer, siendo el quinto hijo de una familia campesina que vagaba entre la miseria y la podredumbre, fui abandonado en una especie de camastro improvisado con paja y resina en medio de un lúgubre y frondoso bosque a merced de lobos y proscritos, que no habrían dudado lo más mínimo en acabar con mi vida de haberse topado con ese enano retoño plañidero. Afortunadamente, fue un monje, Philip, el que me encontró en su camino hacia su nuevo destino: una celda corroída por la avaricia que tenía que ser reformada. Los habitantes de ésta estuvieron encantados de acogerme, criarme y enseñarme. Tan pronto como aprendí a leer y a escribir, fui ordenado amanuense y especializado en la teología de san Benito de Nursia y de san Agustín de Hipona. Se me entregaron, por consiguiente, grandes y extensos volúmenes de ambos santos con el objetivo de que yo los copiara. Sin embargo, no se dieron cuenta hasta muy tarde de lo que habían desatado. Tras la lectura de los libros del primero, comencé a profesar una profunda y radical devoción hacia él. Fue en ese momento cuando me percaté de la terrible realidad que azotaba al priorato y a todos sus monjes, tanto veteranos como noveles: negligencia, corrupción, intereses patrimoniales, dejadez, desatención a las prácticas religiosas,… ¿Qué deberían pensar los campesinos que los sustentaban con sus impuestos del priorato? Si se suponía que era la representación de Dios en aquel recóndido páramo perdido entre los montes británicos, ¿qué imagen tendrían ellos de su Creador? Y pensar que tanta sangre había sido derramada en aras de esa iglesia… De manera que no me quedé de brazos cruzados, pues, en cuanto pude, abandoné el monasterio y su orden y me encaminé a vagar por tierras desconocidas en busca del que sería mi nuevo hogar, el hogar de mi nuevo monasterio, de mi nueva orden…
Fundé, por lo tanto, el Priorato de Kingsbridge.
Concepto del proyecto
El proyecto se basa en la construcción de un monasterio principal, el priorato, para el descanso espiritual y el trabajo colectivo (Ora et labora). De éste dependerán, así mismo, otros monasterios, llamados celdas, que tendrán diferentes medidas, dependiendo siempre del camino al que se encuentren adyacentes, en función de su importancia. Tanto la sede del priorato como las celdas tendrán la obligación de autoabastecerse, por lo tanto todas las construcciones de ese tipo dispondrán de granjas y huertos, y de otras ventajas en el caso del priorato, y se ofrecerá la posibilidad de pasar una noche en las estancias a los forasteros que vaguen por esos lares.
Existe también la opción de poder unirse a la orden, con un único requisito. Para ello, el solicitante deberá o ceder tierras ya construidas que no necesite al monasterio (véase granjas, cultivos u otros tipos de edificaciones) o donar materiales para la construcción/desarrollo del proyecto.
Así mismo existirá una aldea en las cercanías que dependerá directamente del monasterio. Ésta desarrollará tanto actividades agrícolas como comerciales, dando lugar a la posible construcción de un puerto.
Miembros
[mchead]Gordiano[/mchead] –Prior de Kingsbridge
Será aceptado cualquier tipo de voluntario para la construcción del proyecto, así como también la aportación de materiales en calidad de donación.
Localización
[img]http://
[/img]