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[align=center]"Este relato lo pasare a un book del juego para la biblioteca de Manjatan, lo llebare como una especie de diario"
¿Mi nombre? Poco importa, solo un pequeño viajero de mundos. He aqui un relato que expondre sobre mis andanzas en este mundo a mi llegada:
Como buen viajero de mundos, me puse en contacto con las grandes fuerzas que lo controlan nada mas llegar a este. Estos me impusieron pruebas y retos para ver si entendia la importancia de respetar el equilibrio existente en este universo. Vieron que podian entrar y como tal hize. Al llegar sus habitantes me recibieron con el calor y amabilidad de una familia y me brindaron comida para, ahora, mis horas bajas.
Desde ese extraño monumento de cristal y agua decidi aventurarme a la ciudad mas cercana para establecerme y forjar vinculos con los demas. Lei un carte que ponia "La encrucijada" y me aventure hacia alli por el camino de cristal bien proporcionado. Al llegar a la ciudad vi que estaba establecida en una enorme caverna natural y en esta se erguian lustrosas viviendas, grandes caminos y fuentes y lo que mas me impresiono: bosques de arboledas bien cuidados. Tras horas de andar por esta ciudad descubri un lugar, un gran arbol blanco que iluminaba en una zona la quietud oscura de la caverna, practicamente al final de la ciudad. Alli, cerca del acantilado y de unos puentes de fuerte piedra, en un pequeño terraplen de rocas decidi establecerme, con vistas a este hermoso arbol.
Los primeros dias construi mi hogar, que, aun sin estar acabado con mi cristalera que parece ser comprada a plazos, me da un refugio donde dormir y comer. Todo era tranquilidad y bienestar, vi que al lado tenia una pasteleria, cerca estaban construyendo un observatorio y tengo una tienda de variados productos. Un lujo la zona donde mis balcones ya daban a las vistas del noble Arbol Blanco central.
Pero en esto, no siempre hay tranquilidad y felicidad. Hace unos dias, en mi aun semi-construida casa, mientras me las ingeniaba parahacerme unos muebles, escuche un extraño ruido. Los lugareños ya me habian dicho que en el mundo habia seres hostiles, pero yo lo tome como cuentos de vieja de esta zona, craso fue mi error cuando decidi ignorar ese sonido extraño. Me dispuse a subir a mi segunda planta a tapar un agujerito cuando un monstruo negro, de ojos rojos refulgentes y de ocho patas se avalanzo sobre mi. El panico se hizo de mi persona, corri al sotano y espere a que se fuera..... inutil, este me siguio, y, en lo que podria ser un acto estupido o un arranque de valentia, agarre mi espada y lo mate. Estaba agotado, hecho polvo por el esfuerzo. Pero un ruido, esta vez diferente, hizo que volviera a mi ser, me levante, corri hacia arriba, y tape todos lo huecos de mi desprotegido hogar. Escuche de los lugareños que las antorchas sirven para auyentarlos..... cogi y fabrique muchisimas para protegerme, sali de casa, empeze a iluminarla con fuerza, llegue a la parte trasera de mi casa y..... oh dios, oh dios, el horror, horripilantes criaturas no-muertas y unas criaturas semejantes a cactus sin brazos. Entre nuevamente en panico, hui pero a mitad de camino una idea me asedio: ¿Hasta cuando y donde huir? Apartir de aqui, cogi mi espada, di la vuelta sobre mis talones y decidi acabar con esta amenaza.
Decidi que si no defiendo aquello queme importa, donde tengo mis sueños y esperanzas, donde tengo mi casa, solo huiria el resto de mi vida.... eso no podia hacerlo no debia dejar que ganaran esas amorfas criaturas. Me lanze a la batalla no sin antes observar que eran capazes de hacer, las combati junto algun que otro vecino y en ese momento me vino a la mente un relato de otro mundo de un tal Leonidas contra miles de enemigos. La noche fue larga, confusa y saguinaria. Tras acabar con un incontable numero de enemigos, vi que provenian del fono del acantilado del otro lado de mi casa, el que no da al Arbol Blanco, construi una empalizada pero aun asi estos seres amorfos saben colarse y burlar las defensas. Desde ese dia velo porque no avanze y dañen la pacifica vida de la gente de La Encruzijada. No ganaran, eso lo hare yo....
Ahora escucho sus gemidos y berridos fuera, han vuelto, estan ahi, esperan satisfacer su sed de sangre y estoy en el plato principal.... Espero volver a seguir escribiendo este diario, si no lo continuo, es porque fui devorado....
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