Sorry por el multi.
Domingo 7. 23:00h
Hoy estábamos tomando medidas para dejar un pequeño paquete de dinamita en la puerta de los dioses de la selva. Me disgustaba pensar en las explicaciones que habríamos de dar después de reventar la entrada de un templo milenario que veneran como si fuera un Dios mismo, pero mágicamente nada de eso ha sido necesario.
Como decía mientras tomábamos medidas se acercó un anciano indígena. Hasta ahora, a pesar de realizar algunos pequeños intercambios, nos habían ignorado completamente. Como si no les supusiéramos ninguna amenaza, casi como si estuviéramos de paso y nos fuéramos a ir mañana. Creo que no se imaginan ni de cerca que hemos venido a saquear a su Dios particular, que estupidez ¿para qué sino vendríamos al culo del mundo?
El anciano se acercó y riendo le dijo a uno de mis hombres que jamás entraríamos al templo. Que solo alguien de alma muy clara podrá aspirar a cumplir la profecía. Arrastraron ante mí al estúpido indio y decidí hacer una prueba. Me costó llevarle hasta la entrada del templo, se resistía. Le di golpes hasta que le crujieron las costillas, dejo de quejarse.
Lo deje caer a los pies de la entrada, algo dentro de mí me dijo que me apartara, supongo que no habría llegado tan lejos de no haber hecho caso tantas veces a esa especie de intuición. Lo hice. La puerta se abrió. El viejo intento apartarse con su rostro inundado por el miedo, antes de poder hacerlo dos flechas le atravesaron craneo. Otra el cuello. Estúpido viejo.
Mande a mis hombres atrancar la puerta e inutilizar el mecanismo. Ahora mismo varios de ellos están inspeccionando el interior del templo en busca de otras trampas.
No puedo dormir. Lo más seguro es que mañana a estas horas este hablando sobre toneladas de oro o diamante. Seré más rico de lo que pude querer jamás.
Dejo registro de otro mensaje nada más cruzar la entrada del templo, aunque este misticismo cada vez me parece más cómico.
Solo tú puedes conocer el motivo por el que andando y andando llegaste al fin del mundo, al lugar donde terminan todos los vientos que soplan sobre la tierra.
Pudo ser fama, tal vez fortuna, quizás poder.
Suplica, arrodíllate dando gracias y llora. Has encontrado la suerte que oprime y alivia. La sientes sombría.
Ahora desearás dejar de sentirla, mortificando tu espalda desnuda hasta el cercano fin de tus días.
Porque la suerte está contra ti, hacia el abismo te empuja y te lastrará en la caída. Siempre esclavizando tu mente, ahora te dará muerte.
Porque desde el inicio del tiempo la suerte arrastra al débil y derriba al fuerte.
No sabemos el motivo que te llevo a dar con tus huesos en este lugar. Pero te vamos a ayudar a clavarlos en la tierra, muy adentro. Kacha Naga desea verlos tan profundo que se calcinen con el fuego del infierno.
